El pasado es un pais extranjero que todos hemos visitado alguna vez. Esa frase, perteneciente al libro de un autor desconocido, a sido citada infinidad de veces y con razon. Porque, a lo largo y ancho del mundo existen infinidad de personas que miran hacia su pasado buscando ese aura perdida de inocencia, de naturaleza, de sabiduria.
Asimov y Bradbury, por citar a dos de los maestros de la ficcion cientifica o ciencia ficcion, han escrito infinidad de relatos donde cuentan como, de niños, jugaron en sus barrios, en esas barriadas donde un niño, podia, todavia, divertirse jugando con un trozo de cuerda y yendo cada tarde a comer deliciosas frutas que crecian en antiguos jardines.
Bradbury, para ser exactos, fue el que escribio varios libros sobre el tema, incluyendo los mejores y mas deliciosas parrafos de Vino de diente de Leon donde rememora lo buena que era su vida de niño.
Hoy, por supuesto, los niños no pueden leer ni a Bradbury ni a Asimov, en primer lugar porque sienten que estan equivocados -¡no exista epoca como el presente- y en segundo lugar, en caso de Bradbury, porque no han probado una verdadera naranja.
Por supuesto, existen mercados, mercados que tienen naranjas, naranjas que parecen brillantes y ricas pero, al probarlas, lo que descubre el consumidor es que saben... a nada. La razon esta en la gran cantidad de productos quimicos que le ponen las empresas para hacerlas mas vistosas pero no mejores.
Por esa razon, los jovenes agricultores de naranjas de Valencia decidieron comercializar sus propios productos naranjas tan grandes y dulces que son el sueño prohibido de todo niño; naranjas de Valencia similares a las narradas por Bradbury solo que aquellas existian en el papel y estas en la realidad, disfrutable y mordible realidad.
Para comprar naranjas valencianas verdaderas, grandes y jugosas solo ingrese al sitio web de estos jovenes agricultores. Podemos asegurarle que no se arrepentira al hacerlo.
|